
Asi llegaremos a mirar el mundo con ojos
nuevos. La naturaleza no está fija, sino
que es fluida.
El espíritu la altera, moldea, la construye.
Todo espíritu se construye una
casa, y más allá de su casa, un mundo.
Sabe pues, que el mundo existe para ti.
Sólo podemos ver lo que somos.
Todo lo que tenía Adán, todo lo que podía
hacer César, lo tienes tú y lo puedes hacer
tú. Adán llamó a su casa los cielos y la
Tierra; César llamó a la suya Roma; quizás
tú puedes llamar a la tuya un oficio, una
profesión, un actividad, lo que sea.
Pero, en todas las líneas y en todos los puntos,
tu dominio es tan grande como el...